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¿Se puede comer jamón serrano en el embarazo? Todo lo que debes saber

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El embarazo es una etapa en la vida de la mujer que requiere de muchos cuidados, especialmente en lo que respecta a la alimentación. Uno de los alimentos que genera más dudas es el jamón serrano, por el que muchas futuras madres se preguntan si es seguro consumirlo durante la gestación o si es necesario eliminarlo completamente de su dieta. En este artículo vamos a responder a esta pregunta tan común, centrándonos en los posibles riesgos y en las distintas maneras de consumirlo de forma segura.

La pregunta del millón: ¿se puede comer jamón serrano en el embarazo?

El consumo de jamón serrano durante el embarazo ha sido objeto de debate durante mucho tiempo, donde el principal motivo de preocupación es el riesgo de contraer toxoplasmosis, una infección causada por el parásito Toxoplasma gondii. Este parásito puede encontrarse en la carne cruda o mal cocida, y aunque las probabilidades de contraerlo son bajas, las consecuencias pueden ser graves para el bebé que está en camino.

Sin embargo, no todos los jamones serranos presentan el mismo riesgo, ya que los jamones que han sido curados durante largos periodos (más de 18 meses, como es el caso de los jamones de Trevélez de Tienda Maruja) tienen un riesgo totalmente mucho menor, ya que el proceso de curación elimina casi por completo el parásito.

sí se puede comer jamon en el embarazo

¿A partir de qué mes de embarazo no se puede comer jamón?

Aunque algunas recomendaciones sugieren evitar el jamón serrano desde el inicio del embarazo, no hay un consenso absoluto sobre cuándo dejar de consumirlo. En general, los médicos recomiendan evitar el consumo de jamón serrano crudo a lo largo de todo el embarazo, especialmente durante el primer trimestre, cuando el riesgo de toxoplasmosis es más preocupante debido a las implicaciones para el desarrollo temprano del feto.

Si realmente deseas seguir disfrutando de este delicioso producto, existen opciones seguras. Una de ellas es congelar el jamón durante al menos 48 horas a una temperatura de -20°C, lo que elimina cualquier posible rastro de Toxoplasma gondii. Otra opción es cocinar el jamón, ya que el calor también destruye el parásito.

Buenas noticias para las embarazadas: Sí se puede comer jamón

A pesar de las restricciones iniciales, hay buenas noticias para las amantes del jamón, ya que según algunos estudios recientes, si el jamón ha pasado por un proceso de curación largo como los jamones ibéricos o los jamones de Trevélez, el riesgo de toxoplasmosis disminuye considerablemente. Esto se debe a que la combinación de sal y tiempo de curado es suficiente para eliminar la mayoría de los patógenos.

No obstante, siempre es recomendable consultar con tu médico antes de incluir cualquier tipo de embutido en tu dieta durante el embarazo. Cada caso es único, y un profesional de la salud podrá orientarte de manera personalizada.

diferencia entre jamon y paletilla

Maneras de comer jamón en el embarazo para que sea seguro

Si eres amante del jamón y no puedes imaginarte pasar todo el embarazo sin disfrutar de este delicioso producto, te alegrará saber que hay formas de consumirlo sin riesgos, ya que como hemos mencionado anteriormente, una de las opciones más seguras es congelar el jamón a temperaturas muy bajas antes de consumirlo, lo que reduce drásticamente el riesgo de toxoplasmosis.

Otra opción es optar por jamones cocidos o pasarlos por la sartén antes de comerlos, ya que de esta manera puedes seguir disfrutando del sabor del jamón sin preocuparte por los riesgos. Además, considera consumir jamones serranos de alta calidad, los cuales tienen un proceso de curación más largo y por lo tanto son más seguros en términos de posibles infecciones.

El jamón serrano es un alimento que puede generar muchas dudas durante el embarazo, pero con la información adecuada y tomando las precauciones necesarias, es posible disfrutarlo de forma segura. Si optas por consumir jamón, asegúrate de que esté bien curado como es el caso de nuestros jamones para evitar el riesgo de toxoplasmosis. Como siempre, la mejor opción es consultar a tu médico y seguir sus indicaciones.

Referencias

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